Al recorrer la ciudad se pueden encontrar -si uno sabe prestar atención y no menosprecia lo popular- verdaderas obras de arte, pintadas que están ahí, que no son de nadie y son de todos, obras de artistas que regalan a la calle su arte, sin importarles que al otro día una pintada política las haga desaparecer en un segundo. Estos graffitis cuentan historias, que se entrecruzan con las del barrio y se renuevan con cada espectador fugaz. Calles de Buenos Aires, tiene que ver con el plasmar estas obras sobre tela y que turistas -y por qué no locales- se conviertan en murales móviles. A las chicas que iniciaron el proyecto les gusta decir que las remeras no son simples remeras, sino piezas que contienen una carga cultural. Cada una tiene en el frente estampada la foto del mural, en la espalda tiene el barrio en donde esta pintado, y viene además con un flayer que cuenta la historia del graffiti bajo el concepto «tu remera tiene historia».
