Las cenizas del volcán Puyehue llegaron a Buenos Aires, y aunque sea en mínimas cantidades sin generar complicaciones en la salud, sí pueden generar daños importantes en nuestros autos.
Muchos vehículos amanecieron con una capa muy fina de polvo, que es en realidad de cenizas, por eso la forma de quitarla tiene que ser cuidadosa.
No usen trapos o plumeros en seco, ni tampoco laven con cepillo y balde porque la ceniza se mezcla con el agua y vuelve al auto. Lo más recomendable es manguera y mucha agua. Es importante quitar la ceniza porque es abrasiva y puede rayar la pintura, e incluso generar óxido en la carrocería.
Especial atención con los «limpiavidrios» en las esquinas. Denle la moneda, pero que no les lave el parabrisas! Es preciso aquí también lavar con abundante agua y no intenten quitar con los limpiaparabrisas en seco.
Las cenizas finas que han caído, y las que levantan otros autos, ingresan por las tomas de aire y pueden tapar el filtro rápidamente, por lo que pueden limpiarlo soplándole aire de adentro hacia fuera.Esto evitará que las partículas muy finas traspasen el filtro y se mezclen con el aceite en los cilindros, que pueden dañar y afectar a la compresión del motor.
El efecto corrosivo que tienen las cenizas, generan daños importantes en los frenos, en la dirección, cerraduras, como también problemas eléctricos debido a la alta conductividad de las mismas en estado húmedo.
Para aquellos autos que estuvieron expuestos en forma intensa, como en Bariloche o Villa La Angostura, se recomienda cambiar el aceite y los filtros de aceite cada 80-160 km. Y se puede agregar una media de nylon a los filtros para protegerlo lo mejor posible del ingreso de cenizas finas. Se recomienda limpiar intensamente el sistema de frenos cada 200 km, con aire comprimido, y el alternador 1000 km o después de una alta exposición a cenizas.