En los últimos 30 años, los usos y costumbres de los automovilistas cambiaron significativamente. Los vehículos son cada vez más cómodos y seguros, pero también más pesados.
El mayor peso tiene un impacto directo sobre el consumo y las emisiones de CO2 en un momento de cambio climático y de escasez de recursos. Para dar respuesta a esta paradoja, los fabricantes de neumáticos buscan una menor resistencia al rodamiento. Así, Michelin mejoró en 2021 la eficiencia energética de sus productos un 0,5 % respecto a 2020.
La reducción de la resistencia al rodamiento de todos los neumáticos de autos, camioneta y camión que el Grupo Michelin vendió durante 2021 ahorró el equivalente a unos 3.400 millones litros de combustible durante su vida útil, evitando así la liberación de unos 8,7 millones de toneladas de CO2 en comparación con los neumáticos de 2010. El objetivo de Michelin es mejorar esta eficiencia energética en un 10 % adicional de aquí a 2030.
La durabilidad, característica que identifica a la marca del gordito, permite ofrecer neumáticos más seguros hasta el último kilómetro. Por ejemplo, según datos de Europa, si todos los neumáticos se utilizaran hasta su límite de desgaste se evitaría el uso de 128 millones de neumáticos anualmente en ese continente, lo que supone un ahorro de 6,6 millones de toneladas de CO2 al año.
Los autos eléctricos, más desafíos para los neumáticos
Por sus características de aceleración y regeneración de energía en las frenadas, los vehículos eléctricos son mucho más exigentes con las cubiertas que los de motor de combustión. Para ofrecer un buen rendimiento, un neumático para un eléctrico debe tener cuatro cualidades esenciales:
- Duración: debido al aumento del par motor cuando acelera.
- Baja resistencia al rodamiento: crucial para la autonomía.
- Capacidad de carga: fundamental para soportar el peso de las baterías.
- Reducción del ruido: 70% del ruido de un vehículo eléctrico procede del rodamiento y no del motor.
El neumático del futuro, reciclables
Según datos Michelin, se desechan 1.600 millones de neumáticos al año, lo que equivale a 26 millones de toneladas. Sin dudas, el objetivo es que desaparezcan las montañas de gomas usadas, y para ello se busca desarrollar cubiertas que estén fabricadas en un 40% con materiales reciclados o de origen natural. Ese es el primer compromiso de Michelin para 2030, y alcanzar el 100 % para 2050.
Por último, al final de la vida útil del neumático lo ideal es transformarlos en materias primas para producir nuevos neumáticos u otros productos. Así, se promueve la economía circular en la industria del caucho.