Ya la habíamos manejado, justamente también en territorio patagónico. Pero esta Frontier es diferente. Es una nueva versión, por fuera practicamente igual a la que llegaba de México, pero como es habitual en Nissan cada vez que desarrolla una nueva producción -en este caso en una misma línea de montaje compartida con Renault y Mercedes Benz-, se adaptó el vehículo a los requerimientos de la región (el 50% de la producción se exportará a Brasil): hubo una puesta a punto de la suspensión trasera, que la hace menos saltarina y más confortable.
Otra renovación fue la pantalla multimedia de 8 pulgadas, con conectividad Android Auto y Apple Car Play, y genial sistema “360 Around View”, que con imágenes que toma desde cámaras ubicadas debajo de los espejos retrovisores, conforma una toma cenital, muy útil tanto para estacionar en ciudad como para atravesar bados en 4×4.
A nivel confort interior, suma el quinto apoyacabezas en el centro del asiento trasero y cuenta con techo corredizo, climatización bi-zon, butacas de cuero calefaccionadas. Todo esto en el tope de una gama muy amplia, porque queda claro que es una chata para laburar.
Del Llao Llao al barro
La Frontier #HechaEnArgentina se presentó en el tradicional hotel Llao Llao de Bariloche. De allí partimos para meterla en caminos que declaraba aún algunos manchones de nieve, pero sobre todo eran surcados por chorrillos de la fresca agua de deshielo. Fue todo diversión.
Mucho más allá de la devaluación
Diego Vignatti, director general de Nissan Argentina, remarcó que el proyecto de fabricar por primera vez en el país comenzó hace 4 años, en la presidencia anterior, para dar a entender que los tiempos de la industria son diferentes a los de la política y la economía cortoplacista. Por lo que auguran un largo futuro para la nueva automotriz nacional.