La dos curvas que unen ambas autopistas sentido al Río de la Plata son famosas por los espectaculares siniestros con despistes y vuelcos protagonizados por camiones.
Según expertos del CESVI no existe ningún problema en el diseño de la rampa. Gustavo Grambati, ingeniero jefe de Seguridad Vial, señala que «es una curva cerrada, difícil porque propone una restricción de la velocidad muy importante y un camión circulando dentro de esa autopista a 80 kilómetros por hora en esa curva tiene que reducir la velocidad a 40 kilómetros por hora para no tener problemas y así lo dice la señalización sobre esa curva”.
Más allá de que está estancado el plan de obras que rediseñaba por completo el llamado «distribuidor calesita» con nuevos accesos para el tránsito pesado desde Panamericana, la reiteración de siniestos en el lugar es un problema de los conductores y no de los camiones de gran porte o de la arquitectura de la curva.
El experto desestimó la colocación de reductores de velocidad -como los que se instalaron en el enlace de Au.25 de Mayo con Au.9 de Julio Sur, desde donde «llovieron» limones y chapas-, porque podría generar frenadas bruscas y dar lugar a problemas mayores. Nuevamente, la solución pasa por la concientización, educación y respeto a las normas: “Es importante que la gente entienda que hay que respetar las velocidades máximas y que éstas están propuestas por riesgos que existen sobre las rutas, en este caso es más que evidente porque es una curva muy cerrada, muy difícil, donde los excesos se terminan pagando caro”.