Son 5 equipos que instaló el CEAMSE a lo largo de los 22 kilómetros de la autopista que une el Acceso Oeste con la Panamericana, bordeando en diferentes sectores al río Reconquista.
Es la misma tecnología que utilizan desde hace ya muchos años en la industria aeronáutica para controlar el estado de las pistas de aterrizaje.
Los “visibilímetros” están integrados a centrales meteorológicas y el conjunto de datos que arrojan se pueden obtener de forma remota desde el Centro de Monitoreo de Camino del Buen Ayre, uno de los más modernos del país. Desde allí, pueden modificar los mensajes de los carteles de leyenda variable para alertar a los automovilistas que están entrando a la traza para extremar las precauciones.
La información en tiempo real es vital para que también los Periodistas de Tránsito podamos a través de las redes llegar a más conductores.
Cómo funcionan los detectores de niebla
Cuando la visibilidad está reducida a 300 metros un alerta llega a la base vial y también en forma directa a los móviles de las patrullas.
Allí es cuando se activa el protocolo de seguridad y de ser necesario se podría cortar la circulación de vehículos de forma preventiva, pero con la seguridad de volver a habilitar la traza en cuanto las condiciones meteorológicas sean superadas.
Es decir, se deja de medir “a ojo” la densidad de la niebla y su potencial peligro.
Como lo señalamos habitualmente, la niebla no será nunca la culpable de un choque. Pero atentos a la ausencia de conciencia vial para modificar la manera de conducir ante la falta de visibilidad; no debe haber excusas para que las concesionarias de autopistas y rutas donde se ha tenido que lamentar varias muertes con condiciones de niebla, inviertan de inmediato en esta tecnología que debe complementarse con una coordinada acción de comunicación.
Una verdadera inversión en seguridad vial. Ojalá sea un efecto dominó.