A quién no le pasó ir viajando tranquilo en colectivo con la ventanilla abierta y, de repente, rama directa a la cara. Y cuando sopla el viento tener que ir conduciendo atento bajo los plátanos para eludir las ramas que caen. Para evitar estos incidentes, se puso en marcha en la Ciudad de Buenos Aires la Campaña de Poda 2010, que según prometió Mauricio Macri será la más grande en la historia con alrededor de 58 mil intervenciones en el arbolado de todos los barrios porteños.
Las cuadrillas trabajarán con nuevas unidades móviles equipadas con modernas grúas eléctricas. La poda además de contribuir a oxigenar mejor la Ciudad, va a garantizar mayor seguridad con el despeje de ramas que obstruyen las luminarias y a eliminar riesgos de caídas de ramas.
Quizás reemplacen finalmente el palo borracho que talaron en la esquina de Larralde y Conde en 2007. Aún recuerdo la promesa de la cuadrilla de que «en unos días» plantaban una nueva especie «menos peligrosa».