La decisión no es caprichosa. El consumo de drogas ocupa un lugar importante en las estadísticas accidentológicas a nivel mundial. Si bien aún no tan presente como el alcohol, existen algunas drogas muy difundidas como la marihuana, la cocaína y el éxtasis que hacen que se pierdan determinadas actitudes y aptitudes al manejar. Pero también hay medicamentos recetados que pueden provocar somnolencia, euforia, alucinaciones, convulsiones, conductas violentas. Efectos que pueden generar una conducción insegura e inestable provocando un riesgo para uno mismo como para los demás actores del tránsito.
El CESVI ha analizado los efectos de las drogas que se utilizan con más frecuencia:
- El conductor que consumió marihuana pierde el deseo de manejar su automóvil ya que genera un estado de relajación y desatención. Pero si inevitablemente se encuentra manejando, sufrirá una pérdida de percepción de tiempo y espacio, no podrá concentrarse en su tarea y, además, aumentará los tiempos de reacción ante situaciones imprevistas. Otro efecto muy negativo es la pérdida de precisión de maniobra producto de la escasa atención.
- En cuanto a la cocaína y el éxtasis son las drogas más peligrosas de uso corriente cuando se las vincula con la conducción, ya que generan desinhibición, euforia y comportamientos impulsivos. En dosis bajas, las personas se sienten más motivadas para conducir, ya que pueden canalizar allí la adrenalina. Los estilos que se generan son de una gran agresividad e impulsividad, cometen muchos errores pero no tienen conciencia de ellos. Además, quien esté al volante bajo los efectos de estas drogas interpreta los riesgos con un nivel menor al que realmente tienen. Los tiempos de reacción suelen ser más breves pero a partir de la impulsividad y la alteración de la percepción pasa a ser algo muy negativo ya que reaccionan abruptamente aún en situaciones donde no debería hacerlo, generando maniobras abruptas y descontroladas en el automóvil. En particular con el éxtasis, además, se pueden producir ilusiones ópticas, deslumbramientos y visión borrosa.
- Hoy en día, un aspecto importante a considerar es el elevado consumo de medicamentos que contienen benzodiacepinas. A dosis bajas, estas drogas legales tienen efectos ansiolíticos, pero a dosis altas poseen efectos hipnóticos, pudiendo provocar en las personas somnolencia, confusión, mareos, sedación, dificultad en la coordinación, fatiga ocular y visión borrosa. Si trasladamos esto a la conducción, los riesgos se multiplican.
Experiencias en el Mundo
Por otra parte, teniendo en cuenta que esta iniciativa también contempla los efectos que producen las drogas legales, el Ing. Marcelo Aiello, Gerente de Relaciones Institucionales de CESVI ARGENTINA propone la aplicación de una medida que ya se está utilizando en muchos países de Europa, y es que se agregue una señal iconográfica bien visible en las cajas de todos los medicamentos que son desaconsejables para el manejo. Si bien esto figura en los prospectos, no son muchas las personas que lo leen y los médicos, por lo general no suelen recordarlo. Con una fácil identificación de los medicamentos incompatibles con la conducción, se podría reducir notablemente el consumo de este tipo de sustancias, especialmente en casos de automedicación.
¿Cómo será el Drogotest porteño?