No nos referiremos aquí a la nieve o el hielo en calzada, sino sencillamente a esos días en los que el frío que sentimos en nuestro cuerpo puede hacernos cometer algunos descuidos en la conducción.
La posición de manejo debe ser siempre confortable y segura, con la espalda bien apoyada sobre el respaldo del asiento y los brazos ligeramente flexionados sobre el volante. Llevar un abrigo o muchas prendas abultadas, puede limitarnos ante una maniobra y una bufanda colgando puede enredarse y complicarnos hacer un cambio de marcha. Por supuesto, guantes de lana (o cualquiera no adecuado para la conducción), nos pueden hacer perder adherencia y control del volante en una curva.
Tampoco el exceso de calefacción es bueno, porque el calor y una falta de ventilación (más si se está fumando, cosa que no recomendamos por generar distracción) puede provocar amodorramiento, dolor de cabeza o somnolencia.
Si pueden, lo mejor es darle arranque y esperar unos 10 minutos con la calefacción al tope para que motor y habitáculo se calienten previamente a partir.