Es conocido por todos el caos de tránsito que hay frente a las escuelas. El acceso al colegio de mi hija es dentro de un barrio cerrado en cul-de-sac, o sea una rotonda en forma de gota a la que se ingresa y sale por la misma vía. Es habitual que llegue justo, cuando no, tarde. Pero de cualquier modo detengo el coche donde haya lugar junto al cordón. No puedo creer cómo hay padres que, con tal de parar justo frente a la puerta, dejan el auto en doble fila, obstruyendo completamente la circulación. Y encima, después discuten con las maestras. ¿Para qué molestarse en llevar al chico al colegio, si después van a dar el mal ejemplo «en casa»?