La decisión parecería ilógica, pero el sistema de encauzamiento que obliga al tránsito a continuar en sólo la cantidad de carriles que tiene la traza y atravesar el peaje casi sin detenerse con las barreras levantadas es en pos de una mayor seguridad vial. El no permitir la dispersión del tránsito en una numerosa cantidad de cabinas/carriles (por ejemplo, 12 en autopista La Plata Buenos Aires) y el posterior efecto embudo para reacomodar el caudal en sólo tres carriles, genera una marcha más lenta que la habitual, pero si no se aplicase este sistema, nuevamente como ejemplo la autopista La Plata en días de regreso de findes largos, los 8 km de marcha lenta para llegar desde la Rotonda Gutierrez hasta Hudson, se convertirían en más de 20 km de congestionamiento y tránsito frenado. Últimamente esta metodología también se está aplicando cuando por protestas gremiales los peajistas se encuentran de paro y quedan levantadas las barreras.
El efecto embudo genera pequeños siniestros sin heridos graves, pero que provocan grandes demoras. Evitar los cambios obligados de carriles, disminuye la siniestralidad.