No hay mucho que explicar cuando se ve el estado del coche al cual sorpresivamente (?) en una oscura madrugada se le abrió el capot cuando circulaba por la Autopista del Oeste.
Ocurrió en el km 22.5 en zona de Castelar. La joven conductora del Peugeot 505 frenó abruptamente en la banquina interna ocupando parte del carril rápido sentido a capital para «arreglar» el capot que se había soltado. Ante la brusca maniobra se generó un choque en cadena inmediatamente detrás que involcucró a 13 coches que sufrieron destrosos varios y se debió trasladar a 2 personas heridas.
Hemos chequeado la patente TYS154 en el Ente Regulador de la Verificación Técnica Vehicular y el auto no tiene historial, o sea que nunca le han hecho la VTV anual que es obligatoria en la provincia de Buenos Aires. Quizás en un primer término uno entienda que la responsabilidad es de su propietario que de forma negligente maneja un coche del que no puede ignorar que no está en condiciones para circular de manera segura.
Me parece más grave aún la ausencia del Estado, particularmente del municipio de Merlo, donde está radicado el vehículo. ¿Ningún inspector municipal lo vió pasar? Seguro que no, estos autos son «invisibles» en el Conurbano para las autoridades. Claramente falta control y sanción. O peor aún, los controles se hacen a la ligera y «pa´cumplir» de tal forma que la policía detiene sólo a autos nuevos y no a los vetustos que le acarrearían el problema del secuestro del vehículo ante la falta de documentación clave como son la VTV y el comprobante de cobertura de seguro automotor.
Y no olvidemos que esto ocurrió en una autopista concesionada con peaje. A pesar de que las empresas concesionarias aseguran que ellos no pueden detener ningún vehículo, son cómplices cada vez que levantan la barrera del peaje. Hace falta un control ferreo con la rápida intervención de la Agencia Nacional de Seguridad VIal (a la cual le es imprescindible contar con poder de policía) y de los efectivos de Gendarmería que están apostados en los peajes.
Por lo menos, comenzar deteniendo a todo vehículo sin luces, o con un evidente aspecto de deteriodo. Muchas veces una charla contando trágicos ejemplos, vale más que la multa, que quizás nunca paguen. De esa manera, realmente se concientiza y salva vidas.