En primer término hay que aclarar que el operativo se inició tras el asalto de un camión de caudales que arrancó con el asesinato de dos efectivos policiales. El hecho ocurrió en el ramal Campana de Panamericana a la altura de Garín. Al menos 17 impactos recibió el camión que se dirigía en sentido norte. Los delincuentes, que se movilizaban en 4 vehículos, lo primero que atacaron fue al patrullero custodia y acribillaron al policía que conducía y su acompañante. Los custodios que se encontraban junto a los valores respondieron al fuego desde dentro de la cabina blindada.
El hecho delictivo es totalmente repudiable y lamentable el grado de violencia con lo que los delincuentes atacaron, pero una de las principales reglas de la Seguridad Vial obliga a despejar lo más pronto posible la calzada obstruída, o bien habilitar caminos alternativos evacuando a los automovilistas que hayan quedado «atrapados» en la zona de conflicto.
La Policía hizo todo al revés: cortó el tránsito en forma total, incluso en la mano que circula sentido a capital, con el fin de activar un operativo cerrojo que fue infructífero porque no han podido detener a los delincuentes. Lo que se produjo fue un caos de tránsito terrible. Que estamos acostumbrados a los piquetes y sus congestionamientos, sí es cierto. ¿Pero que sea producido por la misma policía?
Me pareció exagerado el operativo. Es entendible que hayan desviado el tránsito sentido norte desde bifurcación hacia el ramal Pilar, para evitar «contaminar» el sitio del crímen, pero para qué dejaron durante más de 3 horas a automovilistas atrapados sobre la autopista. Tantos policías, tanto despliegue ¿y no podían ordenar el tránsito?
A mi entender más que un operativo fue un corte de protesta por parte de los uniformados. En lo que va del años 23 efectivos fueron abatidos. Pero gran parte de ellos fueron víctimas por encontrarse de forma casual ante un hecho de robo, es decir, eran víctimas «comunes» sin uniforme, que al delatar su identidad de policías, o intentar impedir el atraco, fueron asesinados por los delincuentes. Esto da cuenta claramente del grado de violencia y de inseguridad en el que vivimos inmersos. Pero no nos olvidemos que fueron ellos mismos, con valentía y altruismo, los que decidieron ser policías para combatir esa Inseguridad.