Tras los alertas de la llegada de una fuerte tormenta durante la madrugada, nombrada por algunos medios como «Berta», las líneas aereas controladas por el gobierno cancelaron la mayor parte de sus vuelos de forma sistemática hasta las 9 de la mañana, a pesar de que otras compañías siguieron volando.
No se trataría de mayor prevención sino de una «falta de gestión», considera el piloto y perito en seguridad aeronáutica Enrique Piñeyro. «No hay compañías suicidas, si otras aerolíneas partieron es porque estaban dadas las condiciones de seguridad», asegura el también cineasta que realizó dos películas dedicadas a la aviación en Argentina.
Entre las 5 y las 9 de la mañana, LAN Argentina tenía programados 8 vuelos desde Aeroparque, de los que terminó cancelando sólo el de las 6:20 con destino Tucumán, el resto partieron con demoras que variaron acorde a las condiciones climáticas en ruta y destino, promediando esperas de 50 minutos, pero finalmente embarcando a los pasajeros. Sin embargo, de los 22 vuelos programados para Aerolíneas y Austral, sólo partieron 3 de la primera hora con destinos a Ushuaia, Trelew y Rio Gallegos. Luego, no importó el destino, ningún otra aeronave despegó hasta pasadas las 9.
Entre las 5 y las 9 de la mañana, LAN Argentina tenía programados 8 vuelos desde Aeroparque, de los que terminó cancelando sólo el de las 6:20 con destino Tucumán, el resto partieron con demoras que variaron acorde a las condiciones climáticas en ruta y destino, promediando esperas de 50 minutos, pero finalmente embarcando a los pasajeros. Sin embargo, de los 22 vuelos programados para Aerolíneas y Austral, sólo partieron 3 de la primera hora con destinos a Ushuaia, Trelew y Rio Gallegos. Luego, no importó el destino, ningún otra aeronave despegó hasta pasadas las 9.
La suspensión de los vuelos se había adelantado en un comunicado: “A fin de minimizar los inconvenientes que pudieran producirse en los vuelos, por razones ajenas a la compañía, se recomienda confirmar los horarios de los mismos antes de trasladarse a los aeropuertos”. Pero estas medidas le quitan competitividad a la aerolinea, en la cual ya mucho invierte la ciudadanía a través de millonarios subsidios. «La decisión última de despegar o no debe ser del comandante. Las tormentas se pueden rodear e incluso la misma tormenta va cambiando el rumbo. Es un error de gestión tomar estas decisiones categóricas» señala Piñeyro.
Coincidentemente a las 7:20, tanto LAN como Austral tenían vuelos a Neuquén, el de LAN salió retrasado 59 minutos, pero el de Austral nunca partió. Lo mismo ocurrió con los vuelos a Bahia Blanca de las 7:35, mismo horario, mismo destino, el de LAN se demoró sólo 25 minutos, mientras los pasajeros de Austral todavía no saben cuándo volarán. No sólo en Aeroparque, sino en todos los aeropuertos de destino habrá que reacomodar a los pasajeros que no volaron a la espera de Berta, que parece una tía retrasada.