Muchas veces he elogiado el accionar de la Agencia Nacional de Seguridad Vial, lamentablemente ayer me crucé con dos agentes que dan vergüenza a la seguridad vial. Pasadas las 21, mientras que llovía en Panamericana ramal Campana km 40 sentido a capital un camión se cruzó peligrosamente y alta velocidad por todo lo ancho de la autopista hasta el carril rápido, lo que produjo la peligrosa frenada y cambio de carril de varios vehículos, entre ellos el que yo conducía. Pocos metros atrás, la Patrulla Naranja Q3 de la ANSV fue testigo claro del hecho. Al quedar a la par del móvil, toqué bocina para que actuara y detuviera al camionero -que podría haber estado en estado de ebriedad o haber sufrido algún tipo de descompensación-. Sin embargo, la flamante patrulla no hizo nada, ni siquiera sirenas o juego de luces, continuó circulando a los cautelosos 80 km/h por hora recomendado por el carril central, mientras que el camión se alejaba a más de 110 km/h (su máxima permitida es 80) por el carril rápido. Los dos agentes en su interior, ni siquiera miraron mi vehículo mientras que les intentaba llamar la atención. Cobardes, sólo miraban para adelante, como si nada hubiese pasado.