Replico casi completa la nota publicada hace unos días por la periodista Silvia Gómez del diario Clarin.
El abandono del Acceso Sudeste preocupa a los vecinos del GBA
Tiene algo más de cinco kilómetros de extensión y, antes de que se construyera la Autopista Buenos Aires-La Plata, fue un camino vital para unir la Ciudad con al menos seis barrios del sur del Conurbano. Hoy, el Acceso Sudeste exhibe un deterioro preocupante, que desvela a los vecinos que lo transitan diariamente. Es que muchos tramos no tienen iluminación, el asfalto está muy destruido y hace años que nadie limpia el pavimento. De hecho, el muro que divide ambas manos, que está en pésimo estado: tiene tanta tierra acumulada que allí han crecido todo tipo de yuyos, y algunos hasta parecen árboles.
El Acceso Sudeste comunica el sur de la Ciudad con Dock sud, Avellaneda, Sarandí, Wilde, Villa Domínico y Bernal. En su trayecto pasa por varios asentamientos y desemboca en dos villas, Azul e Itatí. Sobre todo en esta parte del trazado los vecinos padecen la falta de luz: «Hace años que no usamos el Acceso de noche. Ya cuando empieza a caer el sol preferimos usar la avenida Mitre», le contó a Clarín María Cristina. «Lo peor es la falta de luz. Cada dos por tres reponen algunos tramos, pero al rato se roban los cables o rompen el alumbrado. Algunos vecinos proponen juntar plata para mantenerlo iluminado, pero yo me opongo. Entonces ¿para qué pago los impuestos?», se pregunta María Cristina.
En muchos tramos hay baches y ondulaciones muy peligrosas. «Esta conexión es peligrosísima, no sólo porque esta destruida, sino porque se angosta abruptamente y esta muy mal señalizada», puntualizó Osvaldo Amelio, un jubilado, vecino de Villa Domínico. El Acceso Sudeste es una ruta nacional bajo la jurisdicción de Vialidad: «El mantenimiento le corresponde a la Nación. La verdad es que tiene un estado tal de abandono que hace tres meses comenzamos a hacer algunas tareas para responderle a los vecinos, que están muy preocupados. Estamos cortando el pasto en algunos sectores y reponiendo el alumbrado. Sabemos que no es suficiente, pero Vialidad Nacional se ha comprometido a firmar un convenio con el municipio para transferirnos fondos y así poder mantenerlo en buenas condiciones. Pero esto no sería antes de 2009», le explicó a Clarín Jorge Ferraresi, secretario de Obras Públicas de Avellaneda. Ferraresi estuvo al frente de Obras Públicas entre 1991 y 1999 y retomó sus funciones en 2003. Fuentes de Vialidad Nacional le dijeron a este diario que si bien no estaban al tanto del convenio «estarían de acuerdo en firmarlo». Explicaron que es una ruta complicada, como Camino Negro o Pavón. Y que cuando el Conurbano era prácticamente campo, fueron rutas nacionales bajo la potestad de Vialidad, pero que ahora el contexto que las rodea es otro y que hacen falta convenios recíprocos.
Además del deterioro del asfalto -que también se nota en los puentes sobre los arroyos Sarandí y Santo Domingo- el Acceso carece de pintura y una señalización adecuada. A la altura del predio del Club Atlético Independiente un cartel indica una bajada hacia el Autódromo, pero lo insólito es que ese camino es de tierra.
En casi total abandono, el Acceso Sudeste se suma a la lista de rutas y puentes deteriorados que castigan a los vecinos del Sur.