Los trenes que recorren la Ciudad y su área metropolitana generan diariamente más de un millón y medio de viajes (1.000.000 de personas entran y salen capital-provincia; 500.000 en provincia y 100.000 dentro de capital), pero lamentablemente, entre Ciudad y Gran Buenos Aires, en promedio muere más de una persona al día por arrollamiento en las vías.
En los últimos años, se construyeron en la Ciudad de Buenos Aires, seis pasos bajo nivel: en Av. Dorrego, Soler (FFCC San Martín), Av. Mosconi, Punta Arenas (Urquiza), Bonorino (Belgrano Sur), y Av. Sarmiento (Belgrano Norte). El gobierno porteño confirmó que hay otros ocho túneles que están ejecución: Av. Monroe (Mitre-Ramal J.L. Suárez), Av. Crisólogo Larralde y Manuela Pedraza (Mitre-Ramal Tigre), que finalizan antes de fin de año; Ceretti (Mitre-Ramal J.L. Suárez), Arias (Mitre –Ramal Mitre), Besares e Iberá (Mitre-Ramal Tigre). Por último, el de la Av. Olazábal (Mitre) se completará una vez que concluya la obra hidráulica. Pero también hay once cruces bajo las vías interrumpidos debido a medidas cautelares presentadas ante la Justicia, que están ubicados en Deheza, Quesada (Mitre – Ramal Tigre), Llavallol, Cuenca (Urquiza), Pacheco, Altolaguirre, Zamudio (Mitre-Ramal José León Suárez), Navarro, Varela, Empedrado y Marcos Sastre (San Martín).
Además de ser peligrosos, los pasos a nivel generan inconvenientes como los tiempos de barrera baja que, en los cruces más conflictivos, provocan demoras de hasta 30 minutos, lo cual genera contaminación del ambiente por emanaciones y ruido de los vehículos en espera. También la falta de continuidad en la trama urbana provoca aislamiento y desplazamientos largos e innecesarios.