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Los maquinistas se niegan a Gran Hermano

Mientras todavía se discute qué pasó en Castelar, si es que fallaron los frenos o si el maquinista ignoró las señales de alarma por estar dormido o jugando con el celular (algo que ya ocurrió tiempo atrás en la línea San Martín), el sindicato La Fraternidad que agrupa a los conductores impide la entrada en servicio de una formación del Sarmiento a la cuál se le instaló una cámara de video en la cabina de mando, a modo de caja negra.


La formación Chapa 11 está «secuestrada» por el gremio en el taller Castelar luego de un reacondicionamiento a nuevo que incluyó el agregar una camarita en la cabina de conducción. El tren se encuentra ya disponible para el servicio, pero los maquinistas rechazan la instalación que ordenó el Ministerio del Interior y Transporte con el fin de monitorear en tiempo real el accionar del conductor del tren y contar así con mayores elementos de análisis ante cualquier anormalidad.
No es la primera vez que los maquinistas se niegan a los avances tecnológicos que pueden brindar mayor seguridad a los pasajeros. Ya con soplar la pipeta habían tenido reparos y protestas cuando se ordenaron los controles de alcoholemia diarios a todos los conductores.
Lo que queda claro es que las camaritas no muestran el mejor perfil del gremio ferroviario.