Pasadas las 8 y media de la mañana una formación que ingresaba a la estación terminal «11 de Septiembre» del tren Sarmiento, vulgarmente conocida como Once, no llegó a frenar e impactó a unos 20 km/h contra un sistema neumático de paragolpes que está donde acaban las vías. La fuerza del impacto hizo que el segundo vagón se incrustara unos 6 metros sobre el primero. Al momento son más de 600 los heridos, 200 de ellos graves, y 49 las víctimas mortales confirmadas oficialmente.
¿Cómo frena un tren?
Para detener una formación de 6 vagones, que sin pasajeros ya supera las 600 toneladas, es preciso una fuerza de freno de entre 1500 y 1700 kilos/cm2. Eso es la fuerza de desaceleración que deben ejercer las válvulas de freno de cada uno de los seis vagones que accionan el par de zapatas que tiene cada una de las 8 ruedas. ¿Cuánto es eso en espacio? Normalmente los conductores dejan de acelerar para ir bajando la velocidad y comienzan a aplicar el freno unos 150 metros antes de llegar al andén, pero no existen marcas ni señales de luces, que le indiquen al conductor ese punto donde tirar de la palanca. Es sólo la experiencia. Tampoco el freno de todas las formaciones reacciona igual, por eso muchos conductores «miden» la fuerza de freno al salir del galpón antes de iniciar el recorrido. A 1000 metros de la estación la formación bajo de 47 a 39 km/h y a 300 metros ya había reducido a 27 km/h. Ya con una clara desaceleración, esos 150 metros se recorren en sólo 20 segundos, con un poco más de tiempo dependiendo del largo del andén. Son sólo unos eternos pero muy cortos 20 segundos antes del impacto. Y quizás lo más importantes es que si falla el freno manual, es muy poco lo que pueda hacer el llamado «hombre muerto», un pedal de emergencia que al soltarse (el conductor lo debe estar pisándo en todo momento para que avance el tren) acciona los frenos, pero no es un sistema independiente, sino otra forma de activarlos.
Según testigos, la formación ya se había «pasado» del anden en otras estaciones del recorrido, teniendo que dar marcha atrás para poder subir pasajeros. Cómo llegó esa formación a quedarse sin frenos o si el conductor se distrajo y no llegó a aplicarlos en el momento preciso, quedándose sin espacio y tiempo, será materia de investigación y de las pericias que ya se iniciaron: hay una caja negra con el audio de la cabina, imágenes de la cámara que lleva en su frente el tren y los datos del GPS. Sin embargo, este siniestro es más grave que otros que ocurrieron con anterioridad, independientemente de la espectacularidad o cantidad de muertos, por el hecho de que no hubo aquí agentes externos (como el colectivo de la línea 92 en Flores el año pasado), sencilla y trágicamente el tren no frenó.