El control se apostó en Pueyrredón y Las Heras desde la medianoche. Hasta las 2 de la madrugada y con un aproximado de 15 conductores testeados, no se detectaron casos positivos ni de alcohol en sangre ni de drogas.
Existió buena predisposición por parte de los automovilistas que se sometieron al doble control, el ya tradicional para medir el grado de alcohol en sangre, que se hace soplando en forma continua una boquilla descartable (el máximo permitido es 0.5 mg, lo que equivale aproximadamente a dos copas de vino), y al nuevo DrogoTest que en su primera etapa mide el tamaño de la pupila mediante un aparato tipo binoculares en el que el conductor debe fijar la vista. Como no se encontraron pupilas dilatadas, no fue necesario utilizar el saliva confirme, otro test descartable, cuyo costo es de 20 dólares. Los agentes aclararon que el test de saliva no da positivo en el caso de una persona que está bajo tratamiento con la toma regular de un medicamento, porque el cuerpo no está «intoxicado».