A muchos puede parecerles que durante enero se pierde la onda verde en la Ciudad, lo cierto es que el menor caudal de tránsito permite una circulación más rápida y por eso pueden frenarnos más semáforos. La onda verde en las avenidas porteñas varía entre 45 a 53 km/h, incluso en distintos trayectos de la misma arteria, con lo que llevando una marcha pareja de aproximadamente 50 km/h reduciremos más las esperas con luz roja que suelen durar menos de 2 minutos (en horario nocturno los 105 segundos promedio se reducen a 70 segundos, que aunque parezcan una eternidad son los necesarios para el cruce peatonal de una avenida).
De todas formas, el gobierno porteño aprovecha también el menor flujo de vehículos para mantener y mejorar la red semafórica. En estos momentos se está trabajando (y se pueden producir desincronizaciones) en las avenidas Avellaneda, Rivadavia y Gaona por la instalación de un nuevo sistema adaptativo que mediante el uso de espiras que leen la cantidad de vehículos circulando, varía en tiempo real el ciclo de luces rojo-verde para cada cruce. También permite una modificación de los tiempos de los semáforos de forma manual a cargo de un operario desde el Control Central de Transito que advierta tal necesidad con la información de las cámaras que monitorean el tránsito.
Con respecto a la incorporación de tecnología para dar luz verde paso a un vehículo de emergencia, indican desde la Subsecretaría del Transporte que, si bien podría implementarse, aún el conductor porteño no está preparado socialmente para ello, como muchas veces advertimos cuando se chupan detrás de una ambulancia. Si cabe recordar que bomberos, patrulleros y ambulancias en emergencia con sirenas encendidas tienen prioridad de circulación y paso por los carriles centrales del metrobus dela avenida Juan B Justo, cosa que seguramente se replique en los próximos trazados de metrobus por la Avenida 9 de Julio y la línea que unirá Puente La Noria con Constitución.