Cuando arrancó la Policía Metropolitana, allá por febrero, el jefe de la fuerza dijo que no podía arremeter contra los cuidacoches porque le hacía falta un marco legal.
Ya por ese entonces danzaba además del proyecto de prohibirlos, bajado directamente del despacho de Mauricio, un proyecto conciliador del legislador Gerardo Ingaramo que proponía crear un Registro Único Obligatorio de Cuidadores de Estacionamiento Público con una tarifa fija, otorgando una credencial, una pechera, un silbato y hasta un handy a los trapitos. Ahora, una nueva propuesta del diputado del PRO Helio Rebot, quien propone que el Gobierno porteño entregue 1.500 permisos para personas que quieran cuidar los coches en la calle. La habilitación sería anual y entre los requisitos estaría tener ciudadanía argentina, ser mayor de 18 años, no poseer antecedentes penales o contravencionales, pasar un examen de aptitud psicofísica y aprobar un curso de capacitación, según describió el diario Clarín. La multa para quienes actuasen sin permiso sería de 200 a 2.000 pesos o uno a cinco días de arresto. Ya en 2004, durante el gobierno de Aníbal Ibarra, se había intentado regular a unos 20 «trapitos» de los alrededores del Buenos Aires Lawn Tennis, a los que les dieron pecheras identificatorias y unos bonos de $ 2 y $ 5. Pero la iniciativa no fue sostenida.