El Paro paralizó al país. Sin dudas la ausencia total de colectivos, trenes, subtes y premetro ha obligado a aquellos que se veían en la necesidad de ir a trabajar casi sin opciones. Ni siquiera las bicis gratuitas de la Ciudad (argumentaron desde el gobierno porteño que sus empleados no tendrían cómo llegar, como si la Ciudad no tuviese transporte disponible para sus trabajadores!).
La amenaza de más de 50 piquetes, se tradujo en sólo unos muy pocos cortes en los accesos, más rimbombantes por los medios que por el efecto en el trásito. De hecho, hay que destacar que por ejemplo el piquete de la Panamericana, que sólo afecta al ramal Campana km 35 altura Ford, es muy fácil de sortear debido al pobrísimo caudal de vehículos circulando. De los puentes que comunican con el sur del conurbano sólo el Puente Pueyrredón está cortado por piquete, pero el resto de los cruces del Riachuelo están habilitados y vacíos.
Ya sea por coincidencia con la exigencia de elevar el mínimo no imponible (y acabar con el impuesto al trabajo), o por el temor a las manifestaciones -una actitud violenta que no debe relacionarse con el derecho a huelga-, aquellos que circulan a diario las autopistas, calles y avenidas decidieron no salir, a pesar de saber que la marcha sin camiones ni colectivos, de paro, sería más fluida que nunca. Ni siquiera parece haber tentado el Libre Estacionamiento que decretó el gobierno porteño en avenidas y calles de la Capital.
Por la adhesión de gremios aeronauticos, Aeroparque no tiene operacions y en Ezeiza sólo arriban y despegan vuelos de bandera extranjera, los servicios de Aerolineas Argentinas y de LAN están frenados. En este caso los efectos del Paro seguirán afectando el servicio en los próximos días por la reprogramación de vuelos para acomodar a los pasajeros que no pudieron volar hoy: atento aquellos que tienen tickets para destinos de cabotaje poco concurridos porque podría cancelarse el vuelo para reasignar la aeronave a un destino más vendido.
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