Hace pocos días hablaba con Ole Melhus, CEO de la Low-Cost Norwegian, que comenzó hace apenas una semanas a volar en el país y espera terminar el año entrante con 12 aviones en vuelo para rutas de cabotaje y regionales. Una de las cosas que destacaba el noruego es la inversión «que no se ve» que está realizando el Gobierno en la mejora de la seguridad operacional.
Con la incorporación de nuevas compañías y la multiplicación de despegues y aterrizajes, los aeropuertos deben volverse cada vez más eficientes en sus tiempos. ¿A quién no le ha pasado sufrir un retraso por mal clima? A veces, incluso, hemos logrado aterrizar pero se demora la entrega de valijas porque hay riesgo de tormenta eléctrica, una condición con la que no se puede trabajar en pista.
Para aminorar estos contratiempos que a nosotros pueden generarnos fastidio, pero para las compañías son miles de dolares en pérdidas, el Gobierno Nacional, a través de Empresa Argentina de Navegación Aérea (EANA), acaba de estrenar un Servicio de Detección de Actividad Eléctrica, que brinda mayor seguridad física a todo el personal que cumple tareas en rampa y permite acotar la suspensión de las operaciones del Aeroparque, de Ezeiza y de El Palomar ante la proximidad de rayos.
Cómo funciona el Caza Rayos
El nuevo sistema emite alertas según la distancia a la cual detecta actividad eléctrica significativa, y envía mensajes a correos electrónicos y SMS a celulares del personal operativo del aeropuerto. Con una alerta amarilla se restringen algunas tareas de rampa. En el caso de detectarse descargas eléctricas dentro de un radio de 5 km, se pasa a una alerta roja y dichas tareas se suspenden por completo. En este caso se activa además luces y sirenas de alerta en las áreas operativas abiertas. Si transcurren 10 minutos sin actividad eléctrica, las alertas cesan y el sistema retoma la vigilancia pasiva.
Antes de la incorporación de este equipamiento, la única herramienta con la que se contaba era la observación meteorológica, de mucha menor precisión en cuanto a la duración, horario y geolocalización de los fenómenos. Por eso, en un aeropuerto podían llegar a cancelarse los vuelos durante horas, afectando según el día hasta toda una mañana o tarde enteras. También, la falta de precisión en la ubicación del fenómeno podía generar riesgos para el personal que trabaja en las pistas.
Durante la gran tormenta que azotó a Buenos Aires el sábado 10 de noviembre pasado, Aeroparque estuvo inoperable durante más de 5 horas. En esos momentos se realizó una prueba del «caza rayos». De haber estado éste en funcionamiento pleno, Aeroparque hubiera dejado de operar sólo 3 horas; es decir que podrían haberse ganado casi dos horas de operaciones, beneficiándose a los pasajeros y a las empresas que operan allí.
También para las Provincias
En pocos días más, EANA instalará el Servicio de Detección de Actividad Eléctrica también en Córdoba y Rosario, seguidos en diciembre por Salta y Tucumán, y posteriormente por Bahía Blanca, Catamarca, Formosa, Iguazú, Jujuy, La Rioja, Mar del Plata, Mendoza, Paraná, Resistencia, Rio Cuarto, San Fernando, San Juan, San Luis, Santa Fe, Santa Rosa, Santiago del Estero, y Termas de Rio Hondo.