En el encuentro que se realizó en Casa Rosada entre los entes de seguridad vial y transporte, ANSV y CNRT, y la Subsecretaría de Seguridad Vial del Gobierno Porteño, se acordó que desde la semana que viene se comenzará a incorporar tecnología GPS “en todos los micros que circulan en la Ciudad de Buenos Aires para tener un monitoreo en línea del cumplimiento de los recorridos, como así también de las velocidades de los micros, para informarles a la Comisión Nacional del Transporte y al gobierno porteño”. Los equipos serán aportados por la Agencia Nacional de Seguridad Vial y hacia fin de año, está previsto que todas las unidades que circulan por la Capital estarán monitoreadas, como se ha hecho en el verano con varias unidades de larga distancia que partían de Retiro.
La CNRT informará al gobierno porteño el listado de los choferes habilitados -la mayoría con carnet de la pcia. de Buenos Aires- y ésta, a su vez, informará de manera online todas las sanciones que queden firmes a la CNRT para que ésta informe a las empresas correspondientes. Los conductores reincidentes de infracciones (velocidad, luz roja, alcoholemia) deberán realizarse nuevamente un examen psicofísico similar al de la aprobación de la licencia, y se revisará el protocolo psicofísico para la obtención del carnet profesional y la realización de estudios sobre el stress y descanso de los choferes, por lo que habrá esta misma semana una nueva reunión con las cámaras empresariales del sector y los sindicatos.
Además, se analizarán los recorridos, las vías de circulación, señalización y semaforización de la Ciudad a fin de realizar cambios en la misma.
Coinicido con Randazzo en que “éste es un problema de todos, el transporte público de pasajeros no es ajeno al resto. Es muy importante que todos tomemos conciencia de la responsabilidad que cada uno tiene en el tránsito”. Ya en la década del noventa, recuerdo cómo se instalaron en micros de larga distancia y en colectivos limitadores de velocidad y una señal acústico-luminosa, para todos conocida como «chicharra», que indicaba el exceso de velocidad. También había un sistema que impedía a los colectivos avanzar hasta que no quedasen cerradas las puertas (había sido noticias varios accidentes en los que los pasajeros eran arrollados luego de caer del estribo del colectivo). El GPS es más tecnología, pero si no es acompañada por verdadero control, sanciones, multas económicas y el repudio social hacia la falta, las reuniones, acuerdos y nuevas normas no servirán para nada.