Los viernes de diciembre, la Línea B, que une el centro porteño con el barrio de Villa Urquiza, cerrará sus puertas a las 2 a.m, a fin de atender la demanda proveniente de los diferentes espacios que se encuentran sobre la Avenida Corrientes y que ofrecen espectáculos teatrales y musicales hasta la madrugada.
De esta manera, el último tren de J.M. de Rosas saldrá a la 1, mientras que el último servicio de Alem partirá a la 1.30 a.m.
No frenará en todas las estaciones, sino que permanecerán abiertas unas elegidas estratégicamente, en función de la cantidad de pasajeros y de la cercanía con los espectáculos: J.M. de Rosas, Federico Lacroze, Dorrego, Medrano, Pueyrredón, Callao, Carlos Pellegrini y Leandro N. Alem.
Como en los 80
Hasta 1988, el horario de funcionamiento del Subte se extendía de las 5 a la 1:30 de la mañana, con excepción de la línea E, que cortaba más temprano.
Ante la crisis energética y para racionalizar el uso de la energía, fue que todas las líneas dejaron de funcionar a las 22.
Así se mantuvo reducido hasta septiembre de 2001, cuando se extendió 60 minutos la hora de cierre a las 23.
Recién en 2017 se implementó un corrimiento de horario y se implementó el diagrama de lunes a viernes de 5:30 a 23:30 y los sábados de 6 a 24.
La nueva propuesta de SBASE es muy buena, pero incompleta. Porque el Subte es una red y limitar la extensión horaria a una sola línea (no me parece mal abrir sólo algunas estaciones) es dejar afuera a muchos vecinos, de Palermo, Caballito, Boedo.
También creo que también debería ser los sábados y previas de feriado. La medida no significa sólo más servicio para el subte, sino una alternativa que ayuda a impulsar el consumo y también la seguridad vial, porque le da alternativas a quienes desean acompañar una clásica pizza de la calle Corrientes con chops de cerveza tirada.