En el día de ayer el diario Perfil publicó un interesante nota acerca del incremento de la cantidad de pasajeros en el subte, pero el periodista prefirió la crítica hacia un servicio, que obviamente se va a ver desbordado, antes de ahondar en por qué hay más gente que elige el subte, sin dudas, el medio de transporte -a pesar de sus propios conflictos- menos afectado por los piquetes y protestas sociales.
Los datos son impresionantes: en 1993 usaban el subte 700 mil personas, pero el año pasado el servicio transportó a 289 millones de pasajeros. Desde Metrovias aseguran que se están realizando inversiones, como la digitalización del sistema de señalización y el cambio de vías que hoy avanza en la línea D (que puede provocar una frecuencia más espaciada). Pero especialistas y técnicos coinciden en que es necesario una nueva red porque seguirán sumándose pasajeros al subte y el servicio ha llegado a su tope (no se pueden sumar vagones a las formaciones porque los trenes serían más largos que los andenes) e indefectiblemente va a colapsar.
¿Pero quién debe solventar las nuevas líneas? Los vecinos, porque es responsabilidad del Gobierno de la Ciudad. Aunque vale aclarar que el corte de cinta de la extensión de la línea E, que provoca tantas demoras en Av.Alem y Retiro, lo hará el kirchnerismo en campaña porteña 2011, porque era un compromiso del estado nacional previo a la privatización.
