Ya en la década del 20 los costos de un viaje en taxi eran, para muchos, exorbitantes y por esos los taxis circulaban sin destino preciso lentamente por las calles en la búsqueda desesperada de un cliente. Se dice que este deambular de los taxis, visto de arriba, se asemeja a un gran “gusano amarillo” por su movimiento lento, uno pegado atrás del otro. Aunque el «yirar» parezca romántico, invocando personajes antológicos como Rolando Rivas, es para la ciudad, un forma compleja y anacrónica de levantar pasajeros.
De esta manera, los taxis están alrededor de un 40 % del tiempo desocupado, sin pasajeros, quemando combustible y entorpeciendo el tránsito. «No sólo se perjudica al otro congestionando el tránsito, sino que el taxista con este andar errante está desgastando el vehículo innecesariamente», señala Carlos Ullfig, desarrollador de la app eTaxi, que moderniza el concepto y la forma de vincular un auto con un pasajero.
«Lamentablemente, los únicos motivos de convocatoria a Audiencia Pública son los periódicos aumentos de tarifa, que son siempre “escasos” para los representantes de la actividad y “excesivos” para los consumidores, quienes son los primeros en notar y quejarse de la ineficiencia del servicio», agrega Ulfig, quien conoce bien la problemática desde adentro por ser asesor de una empresa de radiotaxis.
La tecnología que hoy puede contener un smartphone resuelve, desde el punto de vista del taxista, achicar la brecha entre tiempo ocupado y desocupado sin la necesidad de deambular en busca de un cliente. En tanto para los pasajeros, se reducen los tiempos de espera y se amplían las formas de pago. Y para ambos, se brinda seguridad de tener datos del otro antes del encuentro y poder seguir la ruta online.
Revolución tecnológica, pero no anárquica
En el mundo UBER ha sido la pionera en modernizar el servicio de transporte mediante la utilización de la tecnología de geolocalización y cobro online. Pero también es conocida su ignorancia ante las regulaciones, competencia desleal y evasión impositiva donde desembarca. Al cliente le atraen sus facilidades y servicios como el cálculo aproximado del costo del servicios, la evaluación del chofer y el vehículo, para con su silencioso “poder del consumidor”, recomendar o desaprobar al taxista.
Lo cierto es que la app foránea (que hoy sólo se puede abonar en efectivo por una medida judicial) no es la única solución, ya que las empresas de taxis ya venía invirtiendo en avances tecnológicos que se aplicaban como una solución de logística interna: si bien los radiotaxis tenían que contar con los vetustos equipos de UHF ya hace por los menos 4 años los viajes eran asignados a las unidades por la cercanía con el pasajero. Pero todavía era engorroso para los clientes «pedir el taxi».
Hoy con aplicaciones como eTaxi con unos pocos click desde el celular, se identifica el lugar donde recogerlo y se entrecruzan los datos entre chofer y pasajero. Estas soluciones abiertas a los pasajeros y a taxistas sin duda sirven para modernizar y mejorar la calidad de servicio.