Ya se está dando la discusión -nuevamente y otra vez- sobre si los taxis deben o no ir por los carriles exclusivos buscando pasajeros para levantar. Y más allá de las peleas y campañas agresivas entre los diferentes medios de transporte (el subte la ligó no sabemos cómo ni por qué), uno de los problemas que tiene el transporte público de Buenos Aires es que el sistema de taxis es lento y hasta obsoleto. Por una cuestión jurisdiccional y estúpidamente política, el gobierno porteño no puede decidir sobre el recorrido de los colectivos porque pertenecen a la órbita nacional. Lo que hace es cambiar el sentido de circulación de las calles y los obliga a cambiar la ruta para donde él quiere. Pero en el caso de los taxis, el gobierno de Macri es quien otorga -y en todo caso quien también puede revocar- las licencias.
- Modelos homologados. Basta de viajar apretado en un WV Gol. El gobierno porteño debe llevar a cabo una licitación entre las automotrices para crear el Taxi Porteño. Respetando el gusto de choferes y pasajeros, deberían licitarse la menos tres categorías: Sedan 4 puertas con baúl, Monovolumen y Minivan con mayor capacidad de pasajeros y equipaje. También podría incorporarse la categoría Ultra-compacto, para sólo un pasajero y chofer. En todos los casos, si bien pueden ser adaptaciones de coches comerciales, los vehículos deben estar diseñados para ser taxis y tener stándares básicos de calidad, confort y seguridad. La vida útil debiera ser de sólo 10 años, el mismo tiempo que debería tener la financiación del 80% con créditos del Banco Ciudad y compra directa a la automotriz.
- Calidad y Servicio. Más allá del vehículo, lo importante es quién nos lleva. Y está claro que los tacheros son el mejor DT, ministro de economía y amante que hay en la Argentina. Pero solicitamos respeto al pasajero con una vestimenta adecuada (por dios, basta de musculosas!), y que se dicten cursos de capacitación en atención al turista, con aprendizaje básico de idiomas (esto ya sucede en pequeñas poblaciones y ciudades del interior que sí tienen conciencia turística).
- Confort y Seguridad vial. Queremos aire acondicionado y alza cristales eléctricos. El tránsito de la ciudad no lo podremos arreglar magicamente por lo que seguirá habiendo congestionamientos y piquetes con bombos, cánticos y rompeportones, pero que no los tengamos que padecer a bordo de un 504 con las cuatro ventanillas bajas una tarde de verano con 37°. Con respecto a los elementos de seguridad pasiva, deben ser obligatorios los apoyacabezas y airbag tipo cortina o los todavía poco conocidos cinturones con airbag en las plazas traseras.
- Pago fácil y seguridad para el trabajador. Sí, es más frío para la conversación, pero sería la oportunidad para incorporar el cristal antivandálico que separa conductor y pasajero, como tienen los Cab de Londres. Para evitar que las unidades lleven gran cantidad de efectivo y sean blanco de los ladrones, el pago debería poder hacerse con tarjetas de débito, crédito y hasta sistemas electrónicos con precarga como la exitosa Monedero que funicona en subtes, colectivos y comercios, la imposible de conseguir estatal SUBE, o el Sistema10 que ya funciona en taxis de Comodoro Rivadavia. En este punto, no soportamos críticas por parte de los tacheros: la informalidad y evasión impositiva del actual sistema es excesiva y beneficia en definitiva únicamente a las mandatarias, negreando a los choferes que alquilan el coche por turno.
- Taxis para todos. Sería muy exagerado pedir que todos los coches tengan espacio para llevar una silla de ruedas o tengan una sillita de bebé en el baúl, pero un porcentaje mínimo de una flota debería contemplar estos requerimientos. Tengamos en cuenta que un asiento elevador para niños de 15 a 36 kg, ocupa muy poco espacio en el baúl.
- A donde voy, qué color. En México DF, los taxis están diferenciados por colores: los blancos son del aeropuerto; los naranjas sólo se mueven en un distrito (por ejemplo, en Bs.As., podría ser sólo en macro centro); y finalmente los amarillos circulan por toda la ciudad. Además los hay turísticos. No es para llegar a una complejidad tal, pero bien podría el techo pintado de un color distinto o una sencilla luz indicarnos qué recorrido cubre.
- SMS + GPS = TAXI. Desde hace pocos días, los
ciudadanos de Madrid y Bilbao, en España, pueden pedir un taxi enviando un mensaje desde el celular gracias a un moderno sistema que integra tecnología GPS. El pasajero lo pide desde su teléfono móvil, incluso apretando sólo un botón si
tiene instalada una nueva aplicación que funciona con iPhone, BlackBerry, WindowsMobile y Android, o bien vía web. El sistema en forma automática, ubica por gps al taxi más cercano y sin mediar un operador pasa los datos de ubicación del pasajeros al chofer, quien al aceptar el viaje, envía en forma inmediata información sobre el vehículo y chofer, la distancia a la que se encuentra y el tiempo que tardará en recogerlo. Los más importante es que, además de la comodidad (de cuatro minutos, la espera a bajado a únicamente 10 segundos) y seguridad (los clientes deben estar previamente registrados)
permitirá a los taxistas dejar de circular vacíos para encontrar clientes, agilizando el tránsito y reduciendo la contaminación.
Puede parecer complicado, pero son medidas que el gobierno debería obligar a ir tomando de forma paulatina, y que mejoraría el servicio y el tránsito en la ciudad.